viernes, 17 de febrero de 2012

El lanzacohetes de la banda izquierda

No existe mejor calificativo para el que posiblemente haya sido el mejor lateral izquierdo de la historia del fútbol. No destacaba por su estatura, pero su velocidad endiablada y su potencia lo hacían imparable a la hora de correr por la banda. También gran tirador de faltas, golpeaba al balón con tanta violencia que la barrera a menudo prefería apartarse en vez de bloquear el disparo. Sus magistrales pases largos iban de un lateral del campo al lugar deseado en un abrir y cerrar de ojos. Y su disparo, tan característico, perforaba la meta rival sin que al portero le diera tiempo a ver por dónde venía el balón. No cabe duda de quién es el personaje descrito: el brasileño Roberto Carlos da Silva.


Lejos comienzan a estar ya esos años en los que el brasileño recorría incansable la banda izquierda del Santiago Bernabéu. Llegó al club blanco en el año 1996, de la mano de Fabio Capello. Curiosamente, fue también Fabio Capello su último entrenador en 2007 con el Real Madrid, y curiosamente, esos mismos dos años también ganó la liga. Son ciertos paralelismos que el dichoso destino provoca para llamarnos la atención.

Durante esos once años con la elástica blanca, el futbolista demostró a madridistas y no madridistas su intención de hacer historia en el fútbol, y no cabe ninguna duda de que lo ha logrado: tres copas de Europa, cinco ligas, una supercopa de Europa, una Intercontinental, un mundial de fútbol... un palmarés que casi nadie puede presumir de tener, sin duda alguna. Además de tener estos títulos, fue titular en las tres finales de la Champions y también en la final del Mundial de 2002, que ganó su selección. A esto se le debe añadir además algunos de los mejores goles de las últimas décadas, tal y como el que le marcó de libre directo a la selección de Francia con un efecto sobrenatural, el gol imposible que logró marcar al Tenerife en copa del Rey desde la línea de fondo, con un ángulo mínimo, o el espectacular gol que le marcó al Marsella en Champions, un golpeo de volea que, rebotando en el césped, se cuela por toda la escuadra.

La semana pasada, volvió al césped del Santiago Bernabéu, y no como futbolista, sino como invitado especial para recibir un homenaje antes de comenzar el Real Madrid-Levante. Hace apenas dos semanas que anunció que se iba a retirar en cuanto finalizase la presente temporada, y era justo que recibiese un homenaje en el lugar donde ha sido más querido y admirado. Hasta puede presumir de que tiene un cántico propio.

Ha sido un placer para todos los hinchas del fútbol el haber podido disfrutar de tu juego. ¡Muchas Gracias, Roberto!

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