miércoles, 19 de septiembre de 2012

La motivación en cada partido

Real Madrid. Un equipo que esta temporada ha sido capaz de derrotar al mejor Barcelona de la historia y de mostrar una imagen pésima ante un rival más asequible como el Getafe. 
Esta semana se ha vuelto a repetir algo similar: el Sevilla pasó por encima de un Real Madrid desmotivado y sin hambre, y tres días después, el Real Madrid tumba al Manchester City, uno de los mejores clubes de toda Europa. El motivo está claro: el exceso de confianza y la falta de concentración en los partidos no tan relevantes, algo que se traduce en imprecisión al ataque y en goles a balón parado en defensa, por no contrarrestar la pizarra rival.


Mourinho, tras acabar el partido, realizó una dura crítica a los jugadores por su actitud en el campo, y el entrenador recibió duras críticas de la prensa por no respaldar a sus jugadores en una derrota así. Sus medios fueron discutibles, pero Mou consiguió hacer reaccionar al vestuario, y en el posterior partido, contra el City, saltaron al campo unos jugadores con más hambre de títulos y con una motivación para derrotar a quien se le ponga por delante.
Al equipo le sobra calidad, pero a menudo se acomodan durante el partido cuando éste aún no se ha resuelto, y por eso alguna que otra llamada de atención por parte del entrenador hacia los jugadores no debe ser tan mal vista; nos estamos acostumbrando a criticar más de la cuenta a Mourinho y poniendo a juicio una y otra vez su trabajo, cuando está batiendo récords en la Liga BBVA y devolviendo al Real Madrid a la élite europea. Y esto no es un discurso mourinhista: se le puede criticar por numerosas causas, pero no por no saber entrenar a su equipo.


Por ello, si Mourinho logra que su plantilla esté concentrada tanto en partidos importantes como en partidos asequibles, tendrá el éxito asegurado. Tiene una plantilla joven, y él se debe encargar de hacerla madurar. Si todos los jugadores logran tener la cabeza en su sitio, los frutos llegarán muy pronto.