miércoles, 27 de mayo de 2015

Entrenar al Real Madrid o meterse en la boca del lobo

Pueden cambiar muchísimas cosas en la vida durante veinte años. En ese espacio de tiempo, hemos podido ver cuatro Presidentes del Gobierno, dos reyes de España, tres Papas, los móviles han reducido su tamaño y han vuelto a crecer, las pantallas de televisiones y ordenadores se han vuelto planas, Internet se ha convertido en una herramienta fundamental... podríamos enumerar decenas de cosas más y ninguna de ellas sería un cambio en la política de entrenadores del Real Madrid. Porque parece que si algo no cambiará nunca, es lo de perder de vista al mismo entrenador en Concha Espina antes de que cumpla tres años, sea cual sea su palmarés.



El 25 de mayo de 2014, Carlo Ancelotti estaba en el balcón del Ayuntamiento de Madrid con la 'Décima', la gran obsesión del madridismo durante los anteriores diez años. El 25 de mayo de 2015, Florentino Pérez, en una rueda de prensa, anuncia públicamente que "Carletto" será despedido. ¿Qué ha sucedido para pasar de lo más alto a lo más bajo en únicamente 365 días? Muy sencillo: un año malo se castiga con guillotina. Aunque se mantenga respaldado por la inmensa mayoría de los aficionados.

Muchos afirmarán lo siguiente: "El Real Madrid es un club puntero y no puede permitirse tener un entrenador que no haya ganado ningún gran título en una temporada". Y sin embargo, no se valora la posibilidad de que se forje un proyecto en un plazo más cómodo y menos urgente. En estos años, la dirección del banquillo blanco se ha transformado en un cargo envenenado del que es muy dificil salir bien parado. Probablemente, la salida de Ancelotti haya logrado ser de las menos tóxicas para un mister merengue: basta con ver a todos los que pasaron durante la etapa galáctica, o más recientemente, las de Mourinho, Pellegrini o Schuster.

Nunca se verá exportado el modelo inglés de mánager, aquel que puede mantenerse al frente de un club durante quince o veinte años, pero tampoco es necesario alcanzar tal extremo. Basta con no tirar a la basura un proyecto con un cambio de entrenador. Quizá no sea él, pero el sustituto que más suena hoy en día para entrenar al club merengue es Rafa Benítez, una figura presuntamente opuesta, a pesar de que el modelo del italiano haya traído el trofeo más ansiado.

Ahora Ancelotti trabajaba mal el físico y los jugadores estaban agotados. Por eso el Real Madrid aplastó al Atlético en el tiempo de prórroga, en un 24 de mayo y con más partidos en sus piernas (los blancos también llegaron a la final de copa del Rey y la ganaron). Luego se le acusa de falta de rotaciones... quizá eso sea más cierto, pero con una temporada plagada de lesiones y con poca alternativa de atacantes (con Chicharito como único recambio ante el bajo rendimiento de Jesé) es complicado sacar más; una mirada al banquillo era observar defensas y mediocentros. Y lamentablemente, si durante el verano no se refuerza el banquillo, no habrá esas rotaciones de la BBC que tanta gente quiere.

El equipo blanco vive obcecado en un presente constante, sin recordar el pasado y fichando superestrellas como proyecto de futuro. Es por ello que Ancelotti no sigue entrenando en la capital española. Ahora quiere un año sabático, no conocía un banquillo que fuera capaz de desgastar tanto psicológicamente. Porque entrenar al Real Madrid es entrar a la "sala de torturas" del fútbol europeo. No se puede salir entero de allí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario